37 ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE CONFECOOP ANTIOQUIA

DISCURSO DIRECCIÓN EJECUTIVA

Buen día a todas y todos los participantes, de esta 37 asamblea general ordinaria.

Un saludo a la mesa directiva del Consejo de Dirección, a sus consejeros, a los gerentes y gerentas asambleístas, a nuestros invitados especiales y al equipo de colaboradores de Confecoop.

Llegué hace 2 meses a este espacio luego de una escuela de 18 años de aprendizajes y desaprendizajes en el sector público, al que le estaré eternamente agradecida por haberme mostrado el camino de la economía social y solidaria; allí conocí el cooperativismo, a quien denomino el primo mayor de la economía solidaria, como un vehículo de transformación social efectivo, que cambia realidades y territorios, generando oportunidades que el mercado niega a quienes no ha priorizado.

Durante años me dediqué a contribuir al diseño de instrumentos de política pública para los sectores organizativos de la economía social y solidaria, entre ellos, el de las cooperativas; fueron casi mil semanas recorriendo cientos de lugares invisibles en este maravilloso país, muchos de ustedes me enseñaron a amar este precioso modelo que desde el hacer transforma la vida de miles, haciendo visibles a los invisibles.

Hoy tengo el privilegio de estar entre ustedes, mis maestros del camino, y seguir contribuyendo para que como dijera Antonio Machado “Caminante no hay camino se hace el camino al andar”, una reflexión sobre la vida, en la que se hace alusión al camino que no existe y que uno mismo va haciendo.

Hace 80 años en esta misma ciudad se celebraba el primer Congreso Nacional de Cooperativas, representantes de más de 40 organizaciones cooperativas del país marcaban un hito en la historia del cooperativismo nacional en cabeza de quien fuera el padre del cooperativismo Francisco Luis Jiménez, quien actuaría como anfitrión y convocante de este. En este congreso se haría la declaración de los principios del cooperativismo colombiano teniendo como testigos una comisión del Senado de la República, una comisión de la Cámara de Representantes, a la Superintendencia de Cooperativas, a los rectores de las Universidades de Antioquia, Cauca y Bolivariana, a las gobernaciones de Antioquia y el Cauca, y al Alcalde de Medellín.

En este escenario se reconocería el papel de la Integración así “es imprescindible para crear un movimiento que incida en los destinos del país y asegure la vigencia de un sector autónomo y suficiente”. Es esta la primera declaración de Integración que tendría el cooperativismo colombiano y que ha marcado el camino de la integración gremial.

El legado de estos hombres y mujeres asambleístas, hace 8 décadas, que hicieron del cooperativismo un estilo de vida y una forma de comportarse, construyeron una filosofía y doctrina, que pervive aún en medio de nuestro proceso de integración. Acá están ustedes, los dirigentes, los líderes, los mentores que fueron mentoriados por otros, para que llegaran a ser los fareros de sus organizaciones.

¿Cómo así los fareros?, pues me estoy refiriendo a los encargados del funcionamiento, mantenimiento y vigilancia de un faro, ese faro que en analogía son las organizaciones cooperativas; aquellas que en medio de las tempestades económicas y sociales del último siglo, a pesar de haber sido golpeadas en varios momentos, siguen en pie iluminando la vida, orientando y guiando mejores vivires para sus bases asociativas.

Fueron ustedes mis maestros del camino quienes con su lucha y decisión no permitieron que sus organizaciones cooperativas, se vinieran al piso en medio de la reciente pandemia, resistieron y alumbraron el camino para que la esperanza no muriera cuando la muerte movía sus tentáculos.

Señores y señoras fareros, ustedes habitan un ser vivo, una cooperativa, cada movimiento que realizan es un peldaño en la escalera al interior del faro, cada peldaño corresponde a una vértebra que deberá llevarlos a lo alto de la torre, la luz, que es como un gran ojo para las comunidades y los territorios que habitamos. De ahí que siguen cobrando valor las palabras del maestro Jiménez cuando manifestó que “el reto constante es sembrar esperanza y humanizar la economía a través de la cooperación”.

Y tal como lo soñaran nuestros pioneros, en el ya mencionado, Congreso Nacional de Cooperativas, les propongo 3 tareas:

1. Fortalecer nuestra incidencia en la política pública departamental y local, generando propuestas de visibilización de las cooperativas en los nuevos planes de desarrollo.

2. Continuar fomentando y generando estrategias para el fortalecimiento de las cooperativas y de la economía social y solidaria en la ruralidad, para que sea el cooperativismo rural un actor del desarrollo de los territorios.

3. Seguir creyendo que juntos somos más y que nuestra tarea es seguir “evangelizando” a miles en el modelo cooperativo.

¡A ustedes gracias por seguir iluminando a pesar de las tempestades!

ROSA YELENA GRANJA RODRÍGUEZ

Directora Ejecutiva